martes, 31 de marzo de 2009

Tormentoso desembarque


Colapso económico golpea al comercio internacional y consecuentemente al transporte marítimo, los precios de los fletes, la operación portuaria y prácticamente a todas las actividades relacionadas.
El sostenido crecimiento que venía registrando la actividad marítimo portuaria, con incrementos que alcanzaron entre 12% y 40% en el movimiento anual de carga por Valparaíso en los últimos tres años, dejó paso a las cifras rojas con que la crisis internacional está marcando a la generalidad de los sectores económicos.
Entre noviembre de 2008 y enero último la transferencia de carga cayó un promedio de 18%. La exportación de productos industriales bajó en más de 34% y la importación de vehículos en 24%. La fruta ha ido al alza respecto del periodo anterior, pero también es cierto que esa vez la temporada se atrasó y las ventas se resintieron a causa de las heladas y la sequía de aquel duro 2007.
Pocos se allanan a pronosticar la intensidad del golpe y de su impacto en una región cuyo organismo sigue latiendo en buena parte al compás de los barcos, los puertos, los contenedores, las grúas y los camiones.
La actividad representa el 33% del producto de la capital regional y emplea directa e indirectamente a once mil habitantes de esta comuna, según un estudio realizado en 2008 por la carrera de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso, que concluyó que uno de cada cinco porteños tiene alguna dependencia económica del sector. Por eso la situación es tan inquietante.

EFECTO DOMINÓ

La emergencia golpea a la demanda mundial y por ende al comercio exterior chileno: la última encuesta mensual del Banco Central revela una caída del 41,7% en el aporte de las exportaciones al producto y del 29% de las importaciones en los dos primeros meses del año respecto del igual periodo de 2008.

La situación se traduce en una significativa baja en la demanda por transporte marítimo y en el precio de los fletes. Y en la consecuente disminución de la actividad en los puertos, servicios aduaneros, transporte terrestre y así..."Durante el presente año, Valparaíso verá recalar un menor número de naves y movilizará una menor cantidad de vehículos y contenedores que el 2008", resume el presidente de la Asociación Nacional de Armadores (ANA), Eugenio Valenzuela.

No a todos los actores de este complejo sector el temporal los afecta igual, porque también eran diferentes sus coyunturas y estados de salud previos a la crisis.
El titular de la ANA, entidad que representa a las principales empresas navieras del país, revela que en comparación con un año atrás, los fletes "on the spot" (contratados por una sola ocasión) son inferiores en cerca de un 60%, mientras los de importación desde el Lejano Oriente "en algunos casos han disminuido a la mitad".

En Terminal Pacífico Sur (TPS), concesionario de Empresa Portuaria Valparaíso (EPV), que transfiere el 85% de la carga que mueve este complejo, los volúmenes han ido a la baja desde noviembre de 2008. "No creo que esto vaya a cambiar, por lo menos en este primer semestre", expresa el gerente general, Roberto Zilleruelo. Agrega: "Nadie se atreve a pronosticar que los volúmenes no vayan a bajar. Sin duda vamos a tener un 2009 con resultados negativos en cuanto a la transferencia de volúmenes. Y están siendo impactadas tanto las exportaciones como las importaciones".
¿A cuánto llegará la baja? El vicepresidente ejecutivo de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport), Rodolfo García, tiende a pensar que la caída en movimiento portuario será de alrededor del 20%, aunque no en todos los puertos. No por lo menos en terminales como Ventanas, que mueven productos intocados por la dura coyuntura.

Una estimación algo menor entrega el gerente general de EPV, Harald Jaeger : "La crisis ha afectado a todas las industrias y la portuaria no es la excepción. De acuerdo a nuestras proyecciones, estimamos que las operaciones de movimiento de carga del puerto decrecerán en torno al 15%."
No sólo navieras y puertos enfrentan los embates de la situación. El presidente de la Cámara Aduanera de Chile, Kenneth Werner, cree que entre enero y abril la baja promedio en las operaciones de las agencias -6 mil empleos a nivel nacional, casi la mitad en esta región- no será menor al 20%, "con toda seguridad y siendo bastante conservador".

SALUD DE LAS INVERSIONES

Pero también son distintas las realidades en materia de inversiones. El gerente general de EPV plantea que el efecto de la crisis "no resta prioridad a nuestra necesidad de ampliar la capacidad de atención de carga y de pasajeros del puerto. Con los actuales niveles de operación y movimiento de carga, y conforme a las proyecciones del mediano plazo, se torna vital que Valparaíso cuente con nueva infraestructura portuaria".
Igualmente, el gerente general de TPS afirma que se mantienen las inversiones programadas para 2009: 15 millones de dólares destinados a la nueva grúa Gantry comprada en China y a la profundización de los sitios 1, 2 y 3 para permitir el atraque de naves de mayor calado.
"De todas maneras queremos tener nuestro terminal completamente preparado para las naves del futuro", expresa el ejecutivo, quien reitera el interés de los operadores de TPS por participar en la licitación del Espigón, proceso postergado hasta 2010 y vinculado a la resolución del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
Otros sectores acusaron el impacto con inversiones en marcha, en coherencia con los niveles de crecimiento que presentaba su actividad antes del colapso. "En el caso de la industria del transporte marítimo -explica el presidente de la ANA-, debido a la gran cantidad de órdenes de construcción de barcos colocadas en los últimos años, con una parte importante de ellos para entrega en los próximos ejercicios, es muy posible que sólo empiece a recuperarse el año 2014".

IMPACTO EN EL EMPLEO

"Valparaíso será afectado con mayor énfasis que otras ciudades de la región, principalmente debido a la alta dependencia laboral de sus habitantes en la actividad marítimo portuaria", plantea Sergio Bidart, director de Ingeniería Civil Oceánica Universidad de Valparaíso y jefe del proyecto "Medición del aporte económico del Puerto a la comuna de Valparaíso".

"Atendiendo a las proyecciones, se espera que la actividad laboral resulte también afectada, pero es prematuro estimar una cifra: aún estamos en temporada de la fruta y sus efectos son todavía impredecibles", acota Harald Jaeger.

Roberto Zilleruelo reitera que TPS no tiene previsto efectuar despidos -en el terminal trabajan alrededor de mil personas y cerca de 350 de planta- y añade: "tenemos una muy buena comunicación con nuestros trabajadores y ellos están absolutamente al tanto de la situación que está ocurriendo. Como también de nuestro compromiso". Dice que la gran meta de este año es lograr mayor eficiencia y productividad, así como "disminuir nuestros costos y gastos de forma de poder paliar los efectos negativos de la baja de volúmenes" de carga.

Rodolfo García, vicepresidente ejecutivo de la Camemport: "Las empresas están haciendo ajustes importantes, especialmente en el sector naviero. Eso también se nota en el área aduanera, porque va a haber menos trabajo. En los puertos hay trabajadores eventuales, así es que lo más probable es que el ajuste se transforme en menos renta: van a ser los mismos trabajadores, pero ocupados con menor frecuencia".

El presidente de la ANA comenta que "para enfrentar los efectos de la crisis se ha reducido la frecuencia de algunos servicios, se ha re-entregado algunas naves arrendadas sin reemplazarlas y se ha paralizado un número reducido de embarcaciones", aunque no se tiene conocimiento de que se haya eliminado servicios regulares. Y agrega: "Aunque las empresas navieras emplean un número limitado de personal en forma directa, no cabe duda que generan una gran cantidad de trabajo en forma indirecta: en remolcadores, naves arrendadas, terminales, transporte terrestre, agencias de naves, astilleros, sociedades clasificadoras, etc. El impacto de los menores ingresos se verá reflejado principalmente en el empleo indirecto".

El presidente de la Cámara Aduanera envió una carta a los asociados "llamando a la mesura, a apretarse el cinturón y a revisar el tema de los costos tratando en lo posible de no perjudicar a los empleados de las agencias", quienes "representan un tremendo capital que ha costado mucho formar". Pero Kenneth Werner no está claro cuánto tiempo puede resistir el sector con un 20% ó 30% de merma en sus operaciones y por ende en sus ingresos. "Si como se está proyectando, esta va a ser una crisis muy profunda y muy larga, definitivamente en algún momento, tratando de salvar a la mayoría, se verán perjudicados algunos...yo creo que es inevitable".
Pero nadie se arriesga con estimaciones de largo plazo. Porque como comentan varios entrevistados, la gran diferencia entre esta crisis y la anterior, la asiática, es que entonces "sabíamos qué estaba pasando. Ahora sabemos cuál fue el inicio, pero no cómo va a terminar".

Fuente: El Mercurio de Valparaíso

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